El Impuesto de Tasa Única (ITU), que busca crear el Ejecutivo, podría ser gravoso para las empresas que generan muchos empleos, y desincentivará la creación de nuevos puestos de trabajo, coincidieron expertos fiscales y empresarios.
Francisco Macías, Vicepresidente fiscal del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, explicó que la propuesta de que las empresas paguen el impuesto más alto que resulte entre el nuevo gravamen y el ISR implica que algunos contribuyentes eroguen una tasa superior a 28% de sus utilidades.
Esta iniciativa, afirmó, desestimula la creación de empleos porque no permite que las empresas deduzcan los sueldos y salarios pagados.
"En algunos casos podría ser hasta confiscatorio, porque el impuesto podría ser mayor a la utilidad de las empresas que son intensivas en mano de obra", expresó.
Herbert Bettinger, socio Director Jurídico de Ernst & Young, advirtió que, de aprobarse, el ITU pegará a todos los niveles de las compañías.
"Por ejemplo, a un comercio con una utilidad baja y que tenga 10 empleados, lo que va a suceder es que (a los empleados) los van a sacar de la nómina, les van a pagar menos y se la van a jugar con el fin de no tener un problema financiero, por no tomar una deducción fiscal", aseguró.
Para Carlos Cárdenas, Presidente del Comité Nacional de Estudios Fiscales del IMEF, las empresas que compiten mayoritariamente por precio y obtienen bajos márgenes de utilidad, así como las que recurren a la mano de obra, enfrentarán el mayor impacto por el ITU.
Miguel Marón, Presidente de la Canacintra, indicó que se requiere de impuestos que promuevan la contratación de personal, y por consiguiente detonen un mayor consumo y la dinámica de la economía.
Armando Paredes, Presidente del CCE, señaló que la reforma fiscal no debe ser sólo recaudatoria.
"Insistimos en que debe de haber impuestos de carácter general, que permitan ampliar la base contribuyente; que todo mundo pague", puntualizó Paredes.
Hacienda reprobó la filtración de documentos que considera preliminares, y señaló que la propuesta que será enviada al Congreso no tiene un impacto negativo sobre el empleo ni propiciará una duplicación de los pagos fiscales de las empresas.
Fuente: Reforma, miércoles 20 de junio
Francisco Macías, Vicepresidente fiscal del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, explicó que la propuesta de que las empresas paguen el impuesto más alto que resulte entre el nuevo gravamen y el ISR implica que algunos contribuyentes eroguen una tasa superior a 28% de sus utilidades.
Esta iniciativa, afirmó, desestimula la creación de empleos porque no permite que las empresas deduzcan los sueldos y salarios pagados.
"En algunos casos podría ser hasta confiscatorio, porque el impuesto podría ser mayor a la utilidad de las empresas que son intensivas en mano de obra", expresó.
Herbert Bettinger, socio Director Jurídico de Ernst & Young, advirtió que, de aprobarse, el ITU pegará a todos los niveles de las compañías.
"Por ejemplo, a un comercio con una utilidad baja y que tenga 10 empleados, lo que va a suceder es que (a los empleados) los van a sacar de la nómina, les van a pagar menos y se la van a jugar con el fin de no tener un problema financiero, por no tomar una deducción fiscal", aseguró.
Para Carlos Cárdenas, Presidente del Comité Nacional de Estudios Fiscales del IMEF, las empresas que compiten mayoritariamente por precio y obtienen bajos márgenes de utilidad, así como las que recurren a la mano de obra, enfrentarán el mayor impacto por el ITU.
Miguel Marón, Presidente de la Canacintra, indicó que se requiere de impuestos que promuevan la contratación de personal, y por consiguiente detonen un mayor consumo y la dinámica de la economía.
Armando Paredes, Presidente del CCE, señaló que la reforma fiscal no debe ser sólo recaudatoria.
"Insistimos en que debe de haber impuestos de carácter general, que permitan ampliar la base contribuyente; que todo mundo pague", puntualizó Paredes.
Hacienda reprobó la filtración de documentos que considera preliminares, y señaló que la propuesta que será enviada al Congreso no tiene un impacto negativo sobre el empleo ni propiciará una duplicación de los pagos fiscales de las empresas.
Fuente: Reforma, miércoles 20 de junio